07 de julio, 2022
Cuando hablamos de emprendimiento social es para aportar valor a un problema en el que el grado de innovación es muy relevante.
“se aportan nuevas soluciones (productos, servicios, modelos, mercados, procesos, etc.) que a la vez de satisfacer una necesidad social (con más eficacia que las soluciones existentes) dan lugar a nuevas capacidades y relaciones nuevas o mejoradas y a una mejor utilización de los activos y recursos” (Comisión Europea, 2013).
Innovación que proporciona mejoras intangibles como nuevas prácticas sociales, cambios de comportamiento, colaboraciones entre agentes, etc. Mientras que las innovaciones comerciales son fácilmente cuantificables dada su tangibilidad, las innovaciones sociales son muy difíciles de medir, dado el carácter de la innovación social y el impacto que producen en la sociedad.
La figura de la persona socialmente emprendedora tiene la motivación de generar un cambio social profundo y duradero. Requiere de unas características personales y habilidades entra las que destaca principalmente las siguientes: visión a medio y largo; creatividad; determinación; coherencia y fortaleza ética; voluntad de servicio a la comunidad; conocimiento profundo de las necesidades sociales que se desea abordar; red social que es capaz de tejer; capacidades profesionales que poner en práctica.
La estrategia es un proceso que conduce al desarrollo eficaz de la idea emprendedora que se desea implantar. Puede concretarse en decisiones tales como la comunicación estrecha con los sectores sociales beneficiarios del proyecto planteado, la explotación de los puntos fuertes de las personas emprendedoras, la selección de alternativas de gestión que impliquen menores niveles de inversión de los recursos escasos, las alianzas con otros actores complementarios al proyecto, etc.
Algunas consideraciones:
1. Desde la comunidad.
Cada proyecto atiende a una respuesta social diferente en calidad y en cantidad. Cuando pensamos e implantamos el modelo de negocio enseguida ponemos foco en el mercado, la forma en que vamos a atacarlo, en economía social debemos de tener claro el origen y objetivo.
2. Transmitir al entorno local.
Un proyecto social tiene que nacer comprometido con la comunidad local, buscar la complicidad con el entorno. La comunidad local siempre preexiste al proyecto concreto de economía social.
3. Piensa en Global y actúa en Local o Think Global, Act Local.
Hoy en día las comunidades se construyen no ya en un plano global-local, online-presencial sino en ambos.
4. La importancia de las colaboraciones y sinergias.
Es necesario ampliar el foco y buscar relaciones, conexiones de calidad a partir de intercambio de bienes o servicios y formar parte de una misma comunidad. Sin dejar de valorar alternativas en el tipo de organización o participación en el mercado como puede ser a través de cooperativas.
5. Dar visibilidad.
Dar visibilidad o abrir el proyecto es construir colaborativamente, en la que el conocimiento y otros recursos se comparten para que puedan ser reutilizados por otras personas y colectivos.
6. Ingresos y Financiación.
Dar visibilidad, abrir los proyectos también ensancha los motivos por los que se pueden generar ingresos y opciones de financiación.
Si tienes en mente emprender socialmente, en la Red de Polos te podemos ayudar.
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